Hola. . . . . qué día más largo, parece que las calles se han quedado vacías, me da pena tanto llanto en la puerta de la guardería a la que llevo a mi niña. . . . pero cuando recuerdo su primer día no fue tan diferente; veía que mi niña lloraba y yo hacía lo mismo en silencio con las gafas de sol puestas como si fuera una famosa a las 8 de la mañana sin maquillar. La directora del centro en aquel momento me dijo: "hija llora que lo más normal es que llores y por ello no sientas verguenza", el caso es que fue decirme eso y no lloré en silencio directamente me puse a llorar como los niños de manera descontrolada sin poder parar.
Al día siguiente mi hija cuando estábamos llegando a la misma puerta de la guardería se puso a tocar las palmas y a dar saltos de alegría. Bueno. . . estimadas madres bienvenidas al club de lloronas! !.
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